Buenas tardes a todxs!
Hoy conmemoramos el día internacional de la eliminación de la violencia de género y lo hemos hecho acudiendo, junto a algunos de nuestros residentes, a una actividad comunitaria que se ha llevado a cabo durante la mañana en La Almunia de Doña Godina.
La actividad consistía en la decoración de unas máscaras con el objetivo de señalar aquellas adversidades a las que nos enfrentamos las mujeres solo por el hecho de ser mujeres.
Nosotras hemos querido dar visibilidad a la prostitución y la trata de mujeres, no sólo como una vulneración de derechos humanos, sino también como una forma de violencia de género.
¿Y por qué desde la perspectiva de género? Pues entre otras muchas cosas, porque es violencia que se ejerce contra la mujer por ser mujer y porque afecta a las mujeres de manera desproporcionada.
A través de esta actividad pretendemos mostrar esta realidad invisibilizada y todas las consecuencias que las mujeres padecen. En la mayoría de los casos, sufren violencia física, psicológica, social, sexual, económica, vicaria; todos los tipos de violencia.
En la máscara hemos querido plasmar la dura imagen de una mujer que se siente encerrada y coaccionada a permanecer en una vida no deseada, de ahí las rejas simulando a una cárcel. La etiqueta que cuelga de una cadena la hemos puesto en señal a la compra-venta de la mujer como si de una simple mercancía se tratase, sólo que hemos cambiado el código de barras por un código QR que podéis escanear. En él aparecen varios artículos que hablan sobre este tema y los perfiles de dos mujeres como son Cristina Fallarás y Amelia Tiganus, estuvieron en las jornadas de igualdad que se celebraron en Calatorao el pasado mes y no dejaron indiferente a nadie.
Por supuesto teníamos que incluir la figura del machismo con las manos con billetes que hay en la parte superior. Porque cansa hasta la saciedad que el foco de atención se ponga siempre en la mujer (cuestionando, juzgando, menospreciando, culpando, estigmatizando), y no en los hombres que maltratan, en este caso los que acuden a la prostitución como una experiencia (por llamarlo de alguna manera) en la que mostrar su dominio y control y reforzar la masculinidad mediante la devaluación de la mujer.
Este fenómeno no es el oficio más antiguo del mundo, es la forma de explotación y esclavitud más antigua que el sistema patriarcal inventó.
Conviene recordar que, sin clientes, no hay prostitución, y sin prostitución, no hay trata.
Y como siempre, hemos querido agradecer a quienes organizan este tipo de actividades tan necesarias. El hecho de involucrar a los centros educativos, asociaciones y entidades del municipio muestra el interés que hay en que se cumplan los objetivos de reflexión, toma de conciencia y cambio de actitud.
Os dejamos por aquí una imagen ampliada de nuestra máscara («Cueste»). Y con la finalización de esta actividad, nosotras ya ponemos la mira en organizar las navidades.
Saludos 🙂